En un contexto de cambios económicos, la asistencia a eventos confirma una tendencia clara: los hogares priorizan los servicios de ocio, lo que aumenta el consumo en actividades relacionadas, como las bebidas alcohólicas.
Solo en Bogotá, el año pasado se realizaron más de 80 conciertos, y la demanda sigue firme en 2024. Según el DANE, en julio, el subsector de entretenimiento y otros servicios reportó un crecimiento del 9,8% en ingresos, gracias a la alta demanda de conciertos y festivales.
Durante 2023, el entretenimiento creció 33%, porcentaje que indica que el sector superó el aumento del PIB colombiano, lo que lo consolida como uno de los sectores más resilientes.
Un análisis de Anif subraya que, aunque algunos sectores enfrentan dificultades, el entretenimiento mantiene su impulso, generando empleos, promoviendo el turismo y apoyando a industrias relacionadas, como la de bebidas alcohólicas.
«Nuestra propuesta va más allá de vender licor»
«Nosotros no vendemos solo licor; ofrecemos una experiencia de entretenimiento», afirmó, para la revista Forbes, Juan Alberto Castro, director de la Asociación Colombiana de Industrias Licoreras (Acil), que representa a los productores de licor en Colombia. Castro explicó que la producción de licores en dicho país es una industria inelástica: la demanda permanece estable, aunque los gustos varíen entre aguardiente, ron, whisky, vino o cerveza.
Las licoreras de Colombia siguen creciendo
Esteban Ramos Maya, gerente de la Fábrica de Licores de Antioquia (FLA), destacó que, pese a los desafíos de los últimos dos años, la FLA ha mantenido una tendencia de crecimiento y consolidó sus resultados en 2023. “En el primer semestre, obtuvimos una utilidad operativa de $88 826 millones, un 41% más que el mismo período del año anterior, y un margen Ebitda del 39%”, detalló.
Ramos atribuyó este resultado a un aumento en ventas de unidades de 750 ml en Antioquia y otras regiones, sumado a una política de austeridad en gastos y compras de materias primas. El aguardiente 24° sin azúcar, reconocido por su sello de Carbono Neutro, se destaca como uno de los productos que ha impulsado el crecimiento de la empresa.
En Caldas (Colombia) el aguardiente y el ron dominan el mercado
En la Industria Licorera de Caldas (ILC), el gerente general Diego Angelillis Quiceno señaló que, aunque la desaceleración económica ha impactado en licores aspiracionales como el ron y el whisky, la empresa registró utilidades netas de $17 851 millones hasta julio, un aumento del 25,2% respecto al mismo periodo de 2023. Las ventas alcanzaron $146 935 millones, con un margen operacional del 13,6% y un margen EBITDA del 16,41%.
La demanda del aguardiente ha crecido, especialmente en Caldas, donde la empresa mantiene dos productos estrella: el Ron Viejo de Caldas y el Aguardiente Amarillo, licor que logró un aumento de ventas del 89% (5 732 969 botellas vendidas). Según Nielsen, la ILC domina el 72% del mercado de rones, con una recuperación notable en Antioquia y el Valle.
Fronteras en disputa: el debate sobre la Ley 1816 de 2016
A principios de octubre, la Corte Constitucional revisó el artículo 28 de la Ley 1816 de 2016, que restringe la venta de aguardiente entre departamentos, generando una «guerra de fronteras» entre licoreras. «Es absurdo que en Pereira podamos consumir Aguardiente Amarillo, pero a solo 15 minutos, en Cartago, se considere contrabando», comenta Angelillis.
Antes de unirse a la OCDE, Colombia protegía aguardientes y otros licores destilados, pero la Ley abrió las fronteras para otros licores. No obstante, brindó protección especial al aguardiente, permitiendo a las Asambleas y gobernadores decidir su regulación.
Expansión internacional del licor colombiano
A pesar de las limitaciones del mercado interno, tanto la FLA como la ILC están trabajando para expandirse en mercados internacionales. «Buscamos una FLA competitiva a nivel nacional e internacional, con estrategias de go to market y ejecución en puntos de venta», señaló Ramos Maya, quien, además, mencionó que la empresa ya tiene presencia en 42 países y está buscando expandirse.
En la ILC, aunque la distribución internacional aún depende de terceros, la estrategia de la empresa apunta a incrementar su presencia directa en mercados extranjeros. “En los primeros siete meses crecimos un 32% y proyectamos cerrar el año con al menos 1.6 millones de unidades en el exterior y $5 millones en ingresos”, concluyó Angelillis.
Aunque enfrentan retos económicos y normativos, las licoreras colombianas se mantienen resilientes, innovando y expandiendo su alcance a mercados internacionales. Esta sinergia entre entretenimiento y consumo resalta el potencial de la industria para adaptarse y prosperar, factor que, sin duda, contribuye significativamente al desarrollo económico del país.
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Este artículo está basado en “No vendemos licor, vendemos entretenimiento”, dicen líderes de un negocio que se mueve al ritmo de la economía y los conciertos» de Forbes.
La imagen de este artículo es cortesía de © Jacob Lund vía Canva.com
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