El ron, una bebida que ha atravesado mares y continentes, testigo de revoluciones y celebraciones, lleva en su interior más que cuentos de piratas y épocas coloniales.Cada gota contiene un mosaico de elementos que dan forma a su sabor, aroma y carácter. Uno de los protagonistas más influyentes es la geografía, que no solo esculpe los paisajes sino también la esencia misma de esta libación icónica.
¿Qué diferencia al ron jamaicano del ron puertorriqueño o guyanés? ¿En qué se diferencia el ron destilado en las altas montañas guatemaltecas del producido en las sensuales costas del Caribe? La respuesta, en gran parte, se encuentra en la intersección de la destilación del ron y el terreno geográfico en el que se elabora.
La geografía, la disciplina que estudia la superficie de la Tierra y sus habitantes, influye profundamente en la mayoría de los productos que consumimos. En el caso de bebidas espirituosas como el ron, el impacto de la geografía es particularmente discernible. Profundicemos en cómo los factores geográficos específicos pueden dar forma directamente a las características y el sabor de este preciado elixir.
Es posible que hayas encontrado el término “terroir” en las discusiones sobre vinos, pero ¿sabías que este concepto también se extiende al ron? El terroir engloba el conjunto de atributos geográficos y climáticos de una región concreta que afectan al cultivo de un producto. En el contexto de la caña de azúcar, el ingrediente principal del ron, el tipo de suelo en el que crece puede determinar la calidad y el sabor del jugo extraído. Los suelos ricos en minerales, por ejemplo, pueden imbuir al ron de notas terrosas y profundas, mientras que los suelos arenosos pueden producir un perfil más ligero.
El clima, con sus caprichosas fluctuaciones estacionales, es otro factor geográfico fundamental en la producción de ron. Considere esto: en regiones caracterizadas por climas cálidos y húmedos, la fermentación del jugo de la caña de azúcar puede acelerarse, lo que resulta en rones con sabores más intensos. Por el contrario, en áreas con temperaturas más frías, el proceso puede proceder más lentamente, lo que influye en la concentración del sabor. Además, el clima puede afectar significativamente la cosecha; una temporada de fuertes lluvias podría afectar tanto la cantidad como la calidad del jugo de caña de azúcar obtenido.
Al contemplar la producción de ron, la altitud puede no venir inmediatamente a la mente. Sin embargo, la elevación, que se refiere a la altura sobre el nivel del mar, ejerce una influencia sustancial en el proceso de destilación y, en consecuencia, en las características del ron. Profundicemos en la relación entre la altitud y la destilación para descubrir cómo este factor geográfico crucial afecta a tu bebida espirituosa favorita.
La altitud altera principalmente el punto de ebullición de los líquidos. En altitudes más altas, la presión atmosférica disminuye, lo que hace que los líquidos, incluido el caldo de fermentación de la caña de azúcar, hiervan a temperaturas más bajas en comparación con el nivel del mar. Este fenómeno tiene implicaciones críticas para la destilación. Al hervir a temperaturas reducidas, los constituyentes del caldo sufren diferentes separaciones, lo que da como resultado un perfil aromático y de sabor distintivo. En esencia, un ron destilado en la montaña puede presentar características diferentes a uno destilado en la costa, incluso cuando se utilizan los mismos ingredientes y métodos.
Además, la altitud puede influir en la maduración del ron. En altitudes más altas, la fluctuación de temperatura entre el día y la noche puede ser más pronunciada. Esto conduce a interacciones más dinámicas entre el ron en las barricas y la madera, adquiriendo ciertas características aromáticas y de sabor más rápidamente. Vale la pena señalar que cuanto mayor es la temperatura, mayor es el volumen perdido por evaporación y la humedad elevada puede intensificar las pérdidas de alcohol durante la maduración, mejorando la esterificación.
El ron es una libación universal, pero no todos los rones son iguales. Si bien todos derivan de la caña de azúcar, las sutilezas en su sabor y aroma se derivan en gran medida de las distinciones regionales en sus métodos de producción y las características específicas de la caña de azúcar utilizada.
El Caribe, para muchos, es la cuna del ron. Cada isla, desde Jamaica hasta Martinica, cuenta con sus propias tradiciones y técnicas de producción, a menudo regidas por regulaciones específicas. Algunos rones caribeños son famosos por su sabor rico y robusto, mientras que otros destacan por un perfil más seco y picante. Estas diferencias pueden atribuirse a factores como el tipo de caña de azúcar utilizada (ya sea jugo o melaza), las cepas de levadura, los métodos de fermentación, los procesos de destilación y la influencia de las prácticas de la época colonial. Por ejemplo, los rones agrícolas de Martinica, elaborados a partir de jugo de caña fresco en lugar de melaza, exhiben un perfil de sabor distintivo herbáceo y terroso, junto con notas florales y herbáceas.
Más allá del Caribe, América Central y del Sur han nutrido sus tradiciones en la producción de ron. Naciones como Guatemala, Nicaragua y Guyana han ganado reconocimiento por sus rones añejos y con cuerpo. La diversidad geográfica, desde altas montañas hasta extensas llanuras, influye significativamente en el cultivo de la caña de azúcar y en el proceso de producción. Como resultado, un ron de las tierras altas de Guatemala puede poseer características distintas en comparación con uno producido a lo largo de la costa de Guyana, lo que refleja las condiciones ambientales y prácticas únicas de cada región.
Jamaica y Puerto Rico, dos gemas caribeñas que comparten aguas cristalinas y playas doradas, ofrecen rones con características notablemente diferentes. La historia colonial, la geografía, las tradiciones locales y los métodos de producción han moldeado colectivamente el sabor y el aroma de los rones de estas dos islas. Al explorar las distinciones entre el ron jamaicano y el puertorriqueño, te embarcarás en un viaje a través de siglos de historia y tradición.
Ron jamaicano Jamaica es famosa por sus rones potentes y característicos. Una característica distintiva del ron jamaicano es su alto contenido de ésteres, compuestos responsables de sus sabores afrutados y a menudo descritos como “funky”. Este perfil se logra a través de la fermentación prolongada y el uso de levaduras silvestres, junto con la inclusión de dunder, muck y vinagre de caña. Los alambiques, comúnmente empleados en Jamaica, conservan más sabores y producen un destilado robusto. Este método de destilación, combinado con la tradición de envejecer el ron en barricas de roble, da como resultado rones con cuerpo caracterizados por notas de plátano, frutas tropicales, especias y, ocasionalmente, un toque de humo.
Ron puertorriqueño En contraste con el ron jamaicano, el ron puertorriqueño es famoso por su suavidad y su perfil limpio. Puerto Rico emplea predominantemente la destilación columnar, produciendo un ron más ligero y refinado. Las regulaciones locales obligan a envejecer el ron puertorriqueño durante al menos un año, aunque muchos productores optan por períodos de maduración más largos. En consecuencia, el ron puertorriqueño cuenta con sutiles notas de vainilla, caramelo y madera. El clima tropical de Puerto Rico acelera el proceso de envejecimiento, impregnando el ron de sabores y aromas en un plazo más corto.
Cuando se habla de ron, la discusión puede expandirse más allá del Caribe y abordar la rica tradición y patrimonio de las regiones de América Central y del Sur. Dos países que destacan en la producción de rones de alta calidad son Guatemala y Guyana. Aunque ambos son productores de renombre, sus rones tienen notables diferencias en sabor, aroma y técnicas de producción. Descubre con nosotros el contraste entre estos dos espíritus y la historia que los hace tan únicos.
Ron de Guatemala: Guatemala es ampliamente reconocida por su tradición en la producción de rones añejos y complejos. Zacapa, una de las marcas más famosas del país, destaca por su proceso de crianza en la sierra, donde la variación entre las temperaturas diurnas y nocturnas contribuye al enriquecimiento del sabor del ron. Este proceso, conocido como “Sistema Solera”, consiste en envejecer el ron en una serie de barricas que anteriormente contenían diferentes vinos y licores, proporcionando una rica gama de sabores y aromas, desde notas dulces de caramelo y chocolate, hasta matices de frutas y especias.
Ron guyanés: Guyana, ubicada en la costa noreste de América del Sur, tiene una larga tradición en la producción de ron, influenciada por su historia colonial británica. Una de sus características distintivas es el uso de alambiques de madera, en particular, el alambique de madera Demerara, una reliquia que data del siglo XVIII. Los rones guyaneses se caracterizan por un sabor robusto, rico en notas frutales terrosas y oscuras y, a menudo, con un toque ahumado. Además, el clima cálido y húmedo de Guyana favorece un proceso de envejecimiento acelerado, lo que resulta en rones intensamente sabrosos en un período relativamente corto.
Mientras que regiones como el Caribe, América Central y del Sur han dominado históricamente la escena del ron, Asia ha surgido en las últimas décadas como un nuevo y emocionante jugador en el mercado del ron. Aprovechando los climas tropicales, las ricas tradiciones agrícolas y la apertura a la innovación, varios países asiáticos están produciendo rones que captan la atención y el paladar de entusiastas y expertos por igual. Explora con nosotros este fascinante mundo del ron asiático y descubre cómo ha conseguido afianzarse en un mercado tan competitivo.
La región del sudeste asiático, con su clima cálido y húmedo, es propicia para el cultivo de la caña de azúcar. Países como Filipinas, Tailandia e Indonesia han aprovechado durante mucho tiempo estas condiciones para producir ron, aunque en muchos casos su producción se ha mantenido local. Sin embargo, en los últimos años han surgido marcas que buscan proyectarse internacionalmente, destacando no solo por la calidad de su ron, sino también por incorporar técnicas y sabores tradicionales de sus regiones.
Filipinas, por ejemplo, ha logrado reconocimiento internacional con marcas como Don Papa, que ofrece rones suaves con notas de frutas tropicales y vainilla. Esta cualidad se debe en parte al microclima único de las islas, pero también a la capacidad de los destiladores filipinos para combinar métodos tradicionales con técnicas modernas.
Tailandia, por otro lado, ha sorprendido a muchos con rones que muestran una complejidad intrigante, con toques de hierbas y especias que reflejan la rica cocina del país. El uso de ingredientes locales en el proceso de envejecimiento, como barricas hechas de maderas tailandesas, aporta características únicas que distinguen al ron tailandés en el mercado global.
Por último, países como India y Japón, aunque no del sudeste asiático, también han entrado en el mundo del ron con interesantes propuestas. India, con su larga tradición de producir licores como el arrack, ha comenzado a experimentar con rones premium, mientras que Japón, conocido por sus whiskies, ha trasladado su meticulosidad y atención al detalle al arte de la destilación del ron.
La caña de azúcar es la esencia del ron. Sin esta planta tropical, no habría tal cosa como esta bebida, que es tan apreciada en todo el mundo. Pero, ¿qué hace que la caña de azúcar sea tan especial? ¿Y cómo influye la geografía en la calidad y características de esta materia prima? Sumérgete en la relación intrínseca entre la caña de azúcar, el terruño y la calidad final del ron.
La caña de azúcar es una planta que prefiere los climas tropicales y subtropicales. Necesita sol, suelo fértil y buen drenaje para prosperar. No es casualidad que las regiones más reconocidas por su producción de ron, como el Caribe, América Central y partes de Asia, tengan estas condiciones ideales. Sin embargo, no todas las cañas son iguales. Al igual que ocurre con la uva en la vinificación, la variedad de caña de azúcar, el suelo donde crece y las condiciones climáticas del año influyen en el sabor y el aroma del ron.
Esto se llama terroir, un término francés que se refiere a la combinación única de factores geográficos, geológicos y climáticos de una región en particular. En el contexto del ron, el terroir se refiere a cómo las características de la tierra y el clima de una región específica afectan la calidad de la caña de azúcar y, por lo tanto, el perfil del ron. Por ejemplo, una caña de azúcar cultivada en las tierras volcánicas de Martinica puede tener más notas minerales en comparación con una cultivada en los suelos arenosos de Barbados.
Más allá del terruño, las prácticas agrícolas también juegan un papel esencial. La edad de la caña en la cosecha, los métodos de cultivo y las prácticas de corte pueden influir en la concentración de azúcares y otros compuestos en el jugo de caña. En algunas regiones, como los rones agrícolas en el Caribe francés, el zumo de caña fresco se utiliza para la destilación, lo que da como resultado un ron con un perfil más herbáceo y terroso.
La caña de azúcar, cuyo nombre científico es *Saccharum officinarum*, es una planta que se ha cultivado y seleccionado durante miles de años, dando lugar a varias variedades. Al igual que con otros cultivos, se han desarrollado o seleccionado diferentes tipos de caña para adaptarse a condiciones climáticas específicas, resistir plagas o enfermedades y ofrecer perfiles de sabor particulares. Al explorar estas variedades, se puede apreciar cómo la geografía ha influido en la distribución y características de la caña de azúcar en diferentes regiones del mundo.
La caña de azúcar se originó en el sudeste asiático, donde se encuentran las variedades más antiguas y primitivas. A partir de ahí, la planta se extendió a India y China y posteriormente fue llevada a las regiones mediterráneas por comerciantes árabes. No fue hasta los viajes de Cristóbal Colón que la caña de azúcar llegó al Nuevo Mundo, en particular al Caribe, donde encontró las condiciones ideales para su cultivo. La demanda de azúcar en Europa llevó a una intensa selección y mejora de variedades en estas regiones.
En América Latina y el Caribe, la llegada de la caña propició el desarrollo de variedades criollas. Estas variedades se adaptaron a las condiciones locales y, a menudo, presentan características robustas y sabores distintivos que se reflejan en los rones producidos en estas áreas. Algunas, como la ‘Caña Cristal’ de Cuba, son conocidas por su zumo claro y sabroso.
Con el auge de la industria azucarera, se buscaron variedades que maximizaran la producción de azúcar. Estas variedades, a menudo híbridos desarrollados científicamente, se encuentran en grandes áreas de cultivo desde Brasil hasta la India. Están diseñados para resistir enfermedades, tener altos rendimientos y facilitar la mecanización.
En ciertas regiones, se ha hecho un esfuerzo por preservar y cultivar variedades antiguas o patrimoniales. Estas cañas a menudo ofrecen perfiles de sabor únicos, muy apreciados en rones artesanales o premium. Por ejemplo, en Martinica, el cultivo de variedades históricas es una parte esencial de la producción de su prestigioso ‘Rhum Agricole’.
El ron, más allá de ser el resultado de un proceso de fermentación y destilación, es también el producto final de una cadena que comienza con la caña de azúcar. Esta planta, aunque resistente, requiere cuidados y atención específicos para prosperar y ofrecer un zumo de calidad. Las decisiones tomadas durante su cultivo pueden, y de hecho lo hacen, influir significativamente en el perfil de sabor del ron. Pero, ¿qué prácticas de cultivo son esas y cómo afectan el sabor?
La cantidad de agua y nutrientes que recibe la caña de azúcar es esencial para determinar la concentración y la calidad de los azúcares en su jugo. El riego excesivo puede diluir el jugo y reducir su concentración de azúcar, mientras que una nutrición inadecuada puede resultar en cañas débiles y menos productivas. Algunas destilerías, en particular aquellas que buscan rones con perfiles de sabor específicos, controlan rigurosamente el riego y la nutrición, a veces utilizando técnicas de agricultura de precisión.
El uso (o no uso) de pesticidas y herbicidas puede influir en el perfil de sabor del ron. Algunas destilerías optan por prácticas de agricultura ecológica, evitando productos químicos y optando por controles biológicos para el manejo de plagas. Este enfoque no solo es más respetuoso con el medio ambiente, sino que también puede dar como resultado un ron con un perfil de sabor más limpio y natural.
Decidir cuándo cosechar la caña de azúcar es una opción crucial. La madurez de la caña influirá en su contenido de azúcar y otros compuestos. Una caña que se cosecha demasiado pronto o demasiado tarde puede no ofrecer el perfil de sabor deseado. Algunas destilerías incluso optan por cosechar a mano para seleccionar solo las cañas que se encuentran en el punto óptimo de madurez.
Una vez cosechada, la caña debe procesarse rápidamente para evitar la pérdida de azúcares y la fermentación no deseada. La forma en que se transporta, almacena y manipula la caña puede tener un impacto directo en la calidad del zumo extraído y, por tanto, en el sabor del ron.
Una vez que el zumo de la caña de azúcar ha pasado por la fermentación para convertirse en mosto, el proceso de destilación se convierte en el siguiente paso fundamental en la elaboración del ron. Sin embargo, incluso después de la destilación, el entorno continúa ejerciendo una profunda influencia en el carácter y el sabor del ron durante su maduración. Veamos cómo los métodos de destilación y las condiciones ambientales durante la maduración dan forma al perfil de esta codiciada bebida.
Se emplean distintos métodos y equipos para destilar el ron, cada uno de los cuales imparte sus características únicas. Por ejemplo, los alambiques de cobre, tradicionalmente utilizados en lugares como Jamaica y Guyana, otorgan al ron un carácter robusto y con cuerpo. En contraste, las columnas de destilación, preferidas en destilerías modernas y lugares como Puerto Rico, producen ron más ligero y limpio. Sin embargo, la geografía sigue siendo un factor importante aquí, ya que la altitud puede afectar el punto de ebullición de los líquidos y, en consecuencia, influir en el perfil del ron destilado (en ciertos casos).
Después de la destilación, muchos rones se someten a un proceso de envejecimiento dentro de barriles de madera. Aquí es donde el entorno geográfico vuelve a ocupar un lugar central. Factores como la humedad, la temperatura y la altitud pueden afectar significativamente la velocidad de evaporación del ron y su interacción con la madera en el barril.
En climas tropicales caracterizados por altas temperaturas y humedad, el ron madura más rápidamente debido a la rápida evaporación y oxidación. Este fenómeno explica por qué un ron de 5 años envejecido en el Caribe puede exhibir un perfil de sabor tan intrincado como el de un whisky escocés de 12 años madurado en Escocia (o incluso similar a un whisky de 15 años).
Los barriles almacenados a mayores altitudes experimentan menos fluctuaciones de temperatura y una tasa de evaporación distinta, lo que lleva a rones con características distintivas.
El tipo de madera empleada para las barricas y su uso previo (ya sea que anteriormente tuvieran bourbon, jerez o vino) pueden introducir capas adicionales de sabor al ron. Sin embargo, el entorno también ejerce su influencia en este contexto. En las regiones más húmedas, el ron puede extraer más compuestos solubles de la madera, mientras que en las zonas más secas, la evaporación del agua puede concentrar los sabores del ron.
Las barricas de madera se han utilizado durante siglos en la maduración y el almacenamiento de bebidas alcohólicas, una tradición que persiste en la producción de ron. Si bien la madera de barrica imparte sabores y aromas distintos al ron, el clima local en el que se almacenan estas barricas juega un papel fundamental en la configuración de este proceso. La interacción entre el ron, la barrica y el entorno constituye un delicado baile que define el carácter de cada botella.
Los barriles de madera son porosos, lo que permite que el aire entre y salga. Esta “respiración” es parte integral del proceso de maduración. En climas cálidos y húmedos como los que se encuentran en el Caribe, la evaporación del agua del ron ocurre más rápidamente que la evaporación del alcohol, lo que resulta en un aumento en el contenido de alcohol del líquido restante. Por el contrario, en climas más fríos y secos, el alcohol tiende a evaporarse más rápidamente, produciendo un ron más suave con menor contenido de alcohol.
Con las fluctuaciones diarias de temperatura, el ron dentro del barril se expande y se contrae. Esta acción cíclica obliga al ron a entrar y salir de los poros de la madera, facilitando la extracción de compuestos como taninos, ligninas y otros elementos que contribuyen al sabor y al color. En las regiones donde los cambios de temperatura son más pronunciados, este efecto se intensifica, acelerando el proceso de envejecimiento y produciendo rones con perfiles de sabor más ricos y complejos. (Es importante tener en cuenta que la esterificación continúa ocurriendo en el roble durante este proceso).
La ubicación de las bodegas donde se almacenan las barricas también puede influir en el sabor del ron. Los barriles almacenados cerca del mar pueden adquirir notas salinas, mientras que aquellos en áreas montañosas o boscosas pueden desarrollar matices terrosos o herbales. Incluso la flora y fauna local, incluyendo tipos específicos de hongos o bacterias presentes en el aire, pueden interactuar con el ron, impartiendo características únicas. (Las bacterias aeróbicas son particularmente beneficiosas para mejorar los ácidos grasos en los pozos de lodo).
Aunque no es directamente una interacción con el clima, es importante mencionar que el tipo de madera elegida para las barricas también juega un papel en la forma en que el ron interactúa con su entorno. Por ejemplo, el roble americano, comúnmente utilizado debido a su abundancia y propiedades favorables, tiene poros más grandes que el roble europeo, lo que puede conducir a una mayor interacción entre el ron y el entorno exterior.
La destilación es el proceso que convierte el mosto de caña de azúcar fermentado en ron, pero no todos los rones se destilan de la misma manera. A lo largo de los años, el método de destilación ha evolucionado y se ha adaptado según las regiones, sus recursos, tradiciones y necesidades específicas. Veamos cómo se ha adaptado la destilación y cómo las diversas técnicas regionales influyen en el carácter de los rones producidos.
Históricamente, los alambiques de potencia o alambiques de cobre fueron los primeros en ser utilizados para la destilación del ron. Estos alambiques, populares en lugares como Jamaica y Guyana, producen destilados con un perfil de sabor más pesado y más cuerpo, gracias a la retención de más compuestos no alcohólicos. Por otro lado, las columnas de destilación, que son más eficientes y permiten la destilación continua, producen rones más ligeros y blandos, y son populares en regiones como Puerto Rico y Cuba.
La altitud de una destilería puede influir en el punto de ebullición de los líquidos. En altitudes más altas, el agua, y por lo tanto el alcohol, hierve a temperaturas más bajas. Esto puede influir en el perfil del ron, ya que diferentes compuestos se evaporarán a diferentes temperaturas. Las destilerías en regiones montañosas, como algunas en Guatemala o Colombia, pueden producir rones con características únicas debido a esta variación.
En algunas regiones donde los recursos o la tecnología moderna son limitados, se han mantenido o revivido técnicas de destilación más tradicionales y artesanales. Por ejemplo, en algunas partes de Haití, la destilación de “clairin” (un tipo de ron) se realiza utilizando simples alambiques y técnicas heredadas de generación en generación.
Las regulaciones locales y las denominaciones de origen también pueden dictar cómo se debe destilar el ron. Por ejemplo, ciertas regiones tienen regulaciones sobre el tipo de equipo que se puede usar o el grado alcohólico al que se debe destilar el ron. Además, las tradiciones locales y la demanda del mercado pueden influir en las decisiones de destilación. En regiones con una larga historia de producción de ron, como Barbados, las técnicas de destilación pueden haberse desarrollado y perfeccionado durante siglos.
La destilación, en su esencia, es tanto una ciencia como un arte. Las adaptaciones regionales y las variaciones en el proceso reflejan la rica diversidad de la cultura del ron en todo el mundo. Cada botella cuenta una historia, no solo de la caña de azúcar de la que proviene, sino también del proceso por el que se transformó en ron, y de las personas y lugares que hicieron posible esa transformación. Al comprender estas adaptaciones y técnicas regionales, podemos apreciar aún más la complejidad y diversidad de esta bebida tan querida en todo el mundo.
El ron, una bebida que evoca imágenes de mares turquesas, playas de arena fina y una rica historia, es mucho más que un destilado de caña de azúcar. Como hemos explorado en los apartados anteriores, la geografía juega un papel protagonista en su elaboración, dotando a cada variedad de ron de características y sabores únicos que reflejan su lugar de origen.
Desde las altitudes montañosas que afectan la destilación, hasta las variedades específicas de caña de azúcar cultivadas en diferentes regiones, cada elemento geográfico influye en el resultado final. Las tradiciones y técnicas de destilación adaptadas a las especificidades de cada región, y la forma en que las barricas interactúan con el clima local, son testimonio de la estrecha relación entre el ron y el entorno en el que se produce.
Esta conexión intrínseca entre la geografía y el sabor del ron es un recordatorio de la maravillosa complejidad del mundo natural y de cómo, incluso en un mundo cada vez más globalizado, las particularidades locales pueden y deben celebrarse. Cuando levantamos una copa de ron, no solo disfrutamos de una bebida, sino que también degustamos un pedazo de tierra, una pizca de clima y un fragmento de historia y cultura.
4. Consejo de bebidas espirituosas destiladas
5. The Whisky Exchange – Guía del ron
7. Google Scholar
8. JSTOR
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Colaborador experto: Adam Chapman
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